Al ponerle título a esta serie de trabajos de creación de una calabaza de halloween había un doble fin. Por un lado, como es lógico, el título debía informar sobre el contenido de la página pero, ook, quería mandar un mensaje a mis alumnos y utilizarlo como chiste en clase.
“Al que no me mande el trabajo de la calabaza …. se la pongo yo“.
Poner una calabaza en educación siempre se ha entendido como poner un “cero”, un suspenso.
So, después de la broma en clase, han llegado las últimas calabazas de Halloween como la de Andrés Pérez Castrillo.
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