Vivimos negando la realidad de la vida y la muerte. Buscamos la inmersión en actividades cotidianas que nos hacen pasar la vida en nuestro propio mundo de fantasía. Encubrimos nuestras necesidades reales del afecto que compartíamos con nuestras personas ausentes.
Y es que Hallowen, o para nosotros “El DÍa de todos los Santos“, encierra lo obscuro de la noche en una calabaza de fiesta. En una parodia del miedo edulcorada con caramelos. En una iniciación de los pequeños en los misterios de la muerte bajo un disfraz de fiesta. Una noche que antecede al día de los difuntos.
Yo por mi parte he puesto mi propia calabaza virtual.
Me he entretenido haciéndola igual que al hacer la comida, sabiendo lo efímero que es el placer de la degustación de la Vida. |