La mirada motivadora de un perro en el campo sirve de inspiración para uno de nis óleos favoritos.
Homer se deja pintar mientras observa con atención los movimientos del pincel en esta obra impresionista que se ha ganado un espacio en mi pared (pocos de mis cuadros llegan a este final resolutivo)
Colores pasteles que reflejan su bondad, con un fondo que contrasta intensificado su silueta, todo con gruesos trazos que marcan sus mechones en un cuadro impulsivo por la premura de la pose.
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