En Octubre de 2009 escribí este artículo sobre Ignacio Vargas (Next Limit Technologies) en mi primer blog. Me he acordado al ver otro de sus impresionantes trabajos.
Hoy rescato esta entrada, en homenaje a esas personas que hacen avanzar la técnica y que, a la vez, tienen un perfil humano del que todos tenemos mucho que aprender.
Viendo sus trabajos publicados en diferentes vídeos recuerdo su paso por la Escuela. Un alumno siempre dispuesto a aprender como fin último. Un alumno modelo.
publicado originalmente en piziadas.bitácoras.com
Hoy he comido con IGNACIO VARGAS, sí, el del Oscar, el fundador de Next Limit, el que nos ha permitido con su genio disfrutar de los ríos de lava de “El señor de los anillos“, o con la furia de las aguas de “Tormenta perfecta“.
Hace un año, en una conversación telefónica, quedábamos en vernos cuando estuviera menos liado; ayer recibí un correo:
|
“Si quieres podemos quedar mañana a comer prontito porque a las 4:30 tenemos
una reunión aquí. ¿Qué te parece?”
|
¿Qué qué me parece? Genial!. E-mail sobre la marcha para confirmar la comida y tachón en la agenda. Como se suele decir: “Lo primero es lo primero”. Y lo primero son las personas!
Conocí a IGNACIO en su último año de carrera. Fui su tutor del Proyecto Fin de Carrera. En aquella época, además de mis clases de geometría, introducía en la UPM la programación gráfica. Todos los años seleccionaba un reducido número de alumnos con los mejores expedientes y trataba de embarcarlos en el mundo de los gráficos. En C, con librerías gráficas de la época que apenas servían para colorear un pixel y generar una línea o un polígono relleno. Empezaba a nacer OpenGL. ¡Cuánto ha llovido desde entonces!
IGNACIO (Aeronáutico) y Víctor (Naval) fundaron la compañía Next Limit. Tienen un blog corporativo donde podéis saber más de ellos, de su empresa, de sus premios, de su trabajo, del software que han desarrollado con un impecable rigor científico y que han licenciado a empresas como la NASA.
Han sido tres horas de una riquísima conversación; IGNACIO no escatima detalles cuando habla de sus proyectos, de las ideas que tiene en la cabeza. Su dispersión es la propia de un genio y, aunque me sentía violento por la información que me facilitaba y le conminaba a no detallar tanto sus modelos, en el fondo deseaba saberlo todo acerca de las soluciones físicas que ha implementado.
El alumno le ha dado hoy una clase magistral a su profesor, con la sencillez y modestia que caracteriza a “los grandes”. Me ha recordado humanamente a nuestro compañero Amable Liñán, premio Príncipe de Asturias, cuando en la cafetería de la Escuela, mientras mareamos el azúcar en el café, cruzamos algunas palabras.
No voy a entrar en los detalles técnicos de la conversación, me los llevaré a la tumba (espero que dentro de mucho); sólo quiero dejaros dos pinceladas: un comentario técnico genérico que he compartido siempre, y una anécdota social.
Hablando de la filosofía de diseño del software de simulación y renderizado, una máxima que puede guiar el desarrollo:
“Hay que diseñar el software para que corra en tiempo real dentro de cinco años”
Siempre he defendido que hay que mirar hacia delante. Generalmente se tiende a simplificar la física del problema para conseguir resultados dinámicos a corto plazo. Desde mi punto de vista hay que realizar un modelo lo más completo posible, sabiendo que la mejora de los sistemas nos facilitará plataformas más veloces donde poder ejecutarlo en un futuro inmediato.
“los técnicos no tenemos glamur”
Al preguntarle sobre el “Oscar” técnico, me comenta que la entrega se realiza por separado de los actores y directores de cine; en otro acto que luego se pone en vídeo durante la ceremonia que todos conocemos. -aquí es donde viene la frase, donde hablamos del glamur-.
IGNACIO, tú tienes glamur ¿o se dice glamour?.
Relacionados
Debe estar conectado para enviar un comentario.