Cuando guardamos un fichero como hemos visto en el tutorial de Blender que contiene teksture formadas con imágenes, se almacena la geometría y la estructura de datos pero no se guardan las imágenes.
En lugar de guardar la textura y la imagen que la define, se almacena la estructura lógica y las diferentes imágenes se sustituyen por sus direcciones absolutas o relativas.
Si queremos compartir un modelo que hemos diseñado, deberemos facilitar en estos casos un complejo sistema de ficheros además del clásico que tiene la extensión “.blend”.
Es necesario. en estos casos, reconstruir la estructura de directorios completa para abrir el fichero en otro ordenador.
Hemos visto cómo se guardan ficheros (Slaan die toneel) algemeen, sin entrar en los modificadores que afectan a esta funcionalidad. Una alternativa consiste en “empaquetar” en el mismo fichero la geometría con los datos externos.
Para que el fichero sea único, antes de guardarlo deberemos activar la opción de “Empaquetar en el fichero Blend” los datos externos.
Si observamos la pestaña “Image” en la que hemos definido la imagen que actuará como textura, veremos que se encuentra seleccionada una opción que nos indica que la imagen se “empaquetará” en el fichero “Blend”.
Podemos actuar sobre el icono correspondiente para eliminar el “empaquetamiento” de una o varias imágenes, o en el caso de estar trabajando con un fichero que contiene imágenes, servirá para extraerlas.
El resultado es un fichero más cómodo de gestionar pero que ve aumentado su tamaño sensiblemente. En la figura que encabeza este artículo se ve un cubo con un avatar, el que uso normalmente en twitter. La imagen del avatar tiene un tamaño de 15 K, de forma que si almacenamos la geometría (Cube) sobre la que hemos aplicado la textura tendrá un tamaño de 141 K, mientras que si empaquetamos la imagen en el mismo fichero aumentará ocupando 156 K.
La cuenta está clara, se suman los tamaños pero se simplifica el transporte y portabilidad de nuestro diseño.
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