La Puerta del Sol de Madrid es conocida como el kilómetro cero. Es el punto donde nacen los números que ordenan la ciudad y el espacio donde rejuvenecen los años en Navidad. Acaba de renovarse tras seis años de obras.
Su reloj encuentra un momento de gloria cada Nochevieja. Marca el tiempo de la ciudad, con la autoridad que impone desde su torre.
Tiene una escultura que ha servido de lugar de encuentro entre los madrileños; es “El Oso y el Madroño“. Su ubicación ha cambiado de acuerdo a las necesidades urbanísticas de cada ordenamiento, desde la original en lacalle Alcalá el 19 de enero de 1967 hasta la calle del Carmen con la reforma de 1984.
Ahora vuelve a su sitio. A ese primer espacio donde fue destinada, marcando el acceso desde la “calle de Alcalá” (como reza la canción).
El oso, que puede ser osa, comerá otra vez en su árbol, mientras, los madrileños viven la plaza con un sinfín de visitantes anónimos que la pueblan.
Mi madroño ya tiene las frutas maduras y. maceradas en orujo, dan un buen licor.
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