Uno de los ejercicios clásicos que se inician en el bachillerato es el de la obtención de un modelo tridimensional a partir de dos o más vistas dadas de un objeto.
Los objetos o piezas iniciales suelen ser elementales y compuestos por superficies planas. En general el espacio que ocupan se limita al de un pequeño ortoedro.
Mediante este ejercicio se estimula la denominada “visión espacial” del alumno, buscando que aprenda a “leer” y “escribir” gráficamente la representación de volúmenes.
A medida que se profundiza en este tipo de ejercicio se van complicando los objetos a representar. Una de las primeras dificultades consiste en incluir vaciados (agujeros) cuyas aristas se representarán mediante líneas ocultas, como puede verse en el siguiente ejemplo.
Si añadimos un nuevo agujero cuadrado a la pieza podemos conseguir que las dos vistas sean idénticas, como se aprecia en esta nueva imagen. Las líneas del interior (líneas ocultas) se representan con trazos discontinuos.
Sin embargo, una representación muy simple puede no resultar tan sencilla de “leer” como cabría esperar. Si quitamos las líneas ocultas de la representación anterior, el objeto es otro.
¿Serías capaz de identificar una solución? ¿Y dos? ¿Cuántas podríamos tener?
Más adelante veremos la solución añadiendo un enlace al final de esta página.
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