O sistema de ensino não é nada para escrever. O que os números dizem, las pruebas de nivel que realizamos a nuestros alumnos reflejadas en estudios comparativos, e clasificaciones internacionales de nuestras universidades.
Me gustaría centrar el debate en un punto concreto que actualmente crea un importante desasosiego entre nuestros docentes universitarios: el sistema de acceso a las plantillas docentes.
Agora, todo profesor que quiera estabilizar su contrato con una Universidad, se debe someter a un proceso en el que la ANECA valora sus méritos docentes e investigadores.
“El programa de Acreditación nacional para el acceso a los cuerpos docentes universitarios (Programa ACADEMIA) evalúa el perfil de los solicitantes para el acceso a los cuerpos de funcionarios docentes universitarios (Profesores Titulares de Universidad y Catedráticos de Universidad). Se regula por el RD 1312/2007, de 5 de octubre.”
“Personalmente creo que la labor del docente es, y debe ser, transmitir el conocimiento. La cualidad principal debe ser la de un buen comunicador que sea suficientemente conocedor de la materia a impartir.
Como complemento necesario, se deben exigir habilidades sociales para el manejo de grupos en el entorno del aula”
En este proceso de evaluación unos de los aspectos más importantes es la labor investigadora. ¿Cuántos artículos internacionales en revistas de impacto tienes? Eso es lo que vales. Da igual que el artículo sea el mismo publicado en diferentes revistas con un título distinto. Da igual que realmente seas el paridor de la idea, ¿Lo firmas? Pues vale.
La reingeniería en las publicaciones, la picaresca en los firmantes, se estimula con estas medidas. Incluso el fraude científico es tentador aunque a largo plazo no sea tanto; ¡Hay que publicar! Yo te pongo en un artículo mío y tú me pones en uno tuyo.
Enquanto, nadie quiere dar clases, nadie quiere escribir libros actualizados (casi no dan puntos para el proceso de acreditación y llevan un par de años de duro esfuerzo escribirlos). El profesor actual quiere dedicar su tiempo a conseguir el máximo reconocimiento que le abra las puertas al crecimiento personal.
Los “Institutos Universitarios” son centros a los que se adscribe el profesorado para sumar recursos técnicos y humanos que permitan sinergias productivas. Es una solución válida para mejorar el nivel de investigación de nuestro país, pero incide poco en la mejora de la docencia.
Los grupos de “Inovação Educacional” (GIE’s) se centran en el desarrollo de metodologías docentes de aplicación en el aula, pero su reconocimiento no tiene el peso que se otorga a los de investigación.
El debate está servido. ¿Cuál es la principal actividad que debe cumplir el docente? ¿Debe pertenecer a un centro de investigación o mantener un estrecho contacto que le permita “absorber” la ciencia que explica? ¿Hay que premiar la labor docente per sé?
Os dejo una simple pregunta para reflexionar, sin menospreciar la necesidad de pasarelas entre la ciencia y la educación superior:
¿Piensas que el profesor debe ser un gran investigador, o debe primar que sea un mejor comunicador?
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