Es conocida la Plaza Mayor de Madrid por todo el que visita la ciudad. La que ocupa lo que otrora fue la “Plaza del Arrabal” , en la que se ejercía el mercadeo, se convirtió por orden de Felipe II en uno de los puntos neurálgicos de convivencia ciudadana junto a la Puerta del Sol.
Los pórticos de la plaza ofrecen múltiples opciones gastronómicas, que se ven aderezadas con ofertas culturales y artísticas:
- Es sitio de compra e intercambio de sellos las mañanas de los domingos.
- En ella se venden los complementos navideños en sus célebres casetas o se montan tribunas y escenarios para un variado repertorio de conciertos.
Es fácil encontrarse con bares que actúan como improvisadas galerías colgando en sus paredes obras de autores anónimos.
Las exposiciones se acuerdan directamente entre el autor y el dueño, rotando con periodicidad y ofreciendo un concepto fresco de arte que participa de lo cotidiano.
Una legión de pintores veteranos de esta plaza, pasan frio en invierno y sudan en verano. Viven en la calle, creando y ofreciendo su obra, inspirada en muchos casos en ese universo de rincones que se esconden tras sus columnas.
Entre estos artistas, algunos caricaturistas se rodean de masas expectantes mientras esbozan con destreza las desproporciones de un rostro que se ha prestado al juego.
A veces, en un rincón, se intuye un alma de artista que, con su mirada, sigue al curioso que observa su obra.
반드시 연결된 댓글을 달다.